En Navarra aún no se sabe qué listas electorales competirán en las próximas elecciones legislativas españolas del 20 de noviembre. Este dato es muy importante para poder predecir cuál será el reparto electoral de los cinco escaños que tiene la provincia. No obstante, ya se están dando los primeros pasos para aclarar el panorama.
Aralar parece que saldrá de
NaBai 2011 para incorporarse a una nueva coalición junto a
Bildu. Si esto se confirma, los independientes de NaBai 2011 (organizados bajo la denominación
Zabaltzen) y el
PNV han adelantado que formarán una candidatura propia que siga teniendo como referencia Navarra desde una perspectiva pragmática de izquierdas y nacionalista vasca. Por otra parte, la respuesta a la unión entre Bildu y Aralar está cada vez más claro que será la coalición electoral entre Unión del Pueblo Navarro (
UPN) y el Partido Popular de Navarra (
PPN).
A continuación, presento un pequeño juego de números para repartir los cinco escaños en el Congreso de los diputados español que corresponden a la circunscripción de Navarra (reparto con el
sistema d’Hondt). La base del juego son los resultados electorales de las
elecciones autonómicas de 2011 que están extrapolados a tres escenarios diferentes:
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a) El primero parte de un escenario en el que se presentan las mismas candidaturas que en Mayo de 2011. La distribución de escaños es dos diputados para el UPN y un diputado para
PSN, NaBai 2011 y Bildu. Quedan sin representación PPN y la coalición
Izquierda-Ezkerra. Este resultado sería poco verosímil, ya que parece bastante claro que de presentarse el PPN y UPN por separado habría un reajuste en el equilibrio de fuerzas entre ambos partidos políticos. Lo más probable sería que el PPN y UPN se repartieran los votos de la derecha, más o menos, a partes iguales, lo cual les situaría alrededor de los 65.000 – 70.000 votos, en cuyo caso, no cambiaría sustancialmente la distribución de escaños. Las cinco candidaturas electorales obtendrían un único escaño (UPN, PPN, PSN, NaBai 2011 y Bildu).
Sin embargo, habría que aclarar que la participación electoral en las elecciones legislativas españolas suele tener algo más de participación que en las autonómicas, por ejemplo en el 2004 la participación fue del 74,6% y en el 2008 del 73,3%, mientras que las elecciones al Parlamento de Navarra de 2007 la participación fue del 73,8% y en el 2011 del 67,4%. ¿Qué quiere decir esto? Que ese porcentaje de votos superior suele normalmente ir a parar a los partidos de ámbito estatal, principalmente PP (PPN) y PSOE (PSN). En el caso del PSN aunque ganará votos es prácticamente imposible que llegue a conseguir el segundo escaño, ya que prácticamente debería de doblar los votos obtenidos en las elecciones autonómicas. En cambio, la derecha navarra sí que podría conseguir un tercer escaño con el aumento de la participación electoral que, a buen seguro, redundará en un mejor resultado de UPN y PP, por separados o juntos. Si van por separados, para que tuvieran más o menos asegurado un diputado tendrían que conseguir como mínimo alrededor de 50.000 votos, y si alguno de los dos tuviera que alcanzar los dos diputados debería moverse como mínimo en el entorno de los 100.000 votos. Dicho de otra manera, la derecha navarra tendría que alcanzar como mínimo un resultado global de 150.000 votos y un reparto de estos de un tercio para una fuerza electoral y dos tercios para otra. El reparto a partes iguales solo les da un escaño por partido.
b) En el segundo escenario he contemplado la competencia entre cuatro listas electorales: coalición UPN-PPN, coalición NaBai+Bildu, PSOE-PSN e Izquierda-Ezkerra. Para realizar el juego de simulación se han agregado los resultados electorales de mayo de 2011 de UPN y PPN, y de NaBai y Bildu. Una vez realizado esto y aplicado el sistema D’hondt el resultado es sencillo. Dos escaños respectivamente para la coalición de la derecha navarrista-españolista y para la coalición de nacionalistas vascos y, finalmente, un escaño para el PSOE-PSN. El último escaño que se asigna es el que se llevan los nacionalistas vascos con 46.371 votos. Este podría peligrar si sube la participación y hace que crezca el voto de la derecha nacionalista española. Si esta coalición consiguiera 140.000 votos (por cierto que sumando a los votos de de CDN y Derecha Navarra y Española a los de UPN y PP arrojan más de 140.000) y ninguno más los abertzales, el último escaño pasaría a manos de UPN-PPN. Esta hipótesis contempla que la subida de participación no repercutiría en un aumento de voto abertzale, lo cual puede ser bastante poco probable (a pesar de que parece claro que el mayor beneficiado sería UPN-PPN). Por lo tanto, sería más conveniente situar la marca del tercer escaño para UPN-PPN alrededor de los 150.000 votos.
c) El tercer y último escenario que he contemplado es el más probable. Es una variante del segundo, en el que en lugar de formarse una coalición de nacionalistas vascos NaBai 2011+Bildu, se conforma una entre Bildu y Aralar, mientras que los independientes de NaBai (Zabaltzen) y EAJ-PNV forman una lista electoral. La tabla que presento otorga el 60% de los votos que obtuvo NaBai 2011 a la coalición Bildu+Aralar y el 40% de los votos a la de Zabaltzen+PNV. En cuyo caso, podemos observar que la salida de Aralar de NaBai 2011 produce una pérdida del segundo escaño nacionalista a favor de UPN-PP. Así estos últimos lograrían tres escaños y uno, respectivamente, Bildu+Aralar y PSN. La única posibilidad para que los nacionalistas vascos eviten la pérdida de ese segundo escaño que les correspondería, extrapolando los resultados electorales de mayo de 2011, es que la coalición Bildu+Aralar se llevarán el 94,5% de los votos que obtuvo la coalición NaBai 2011. A ello habría que añadir que, con la más que probable subida de la participación electoral, necesitarían probablemente más del 100% de los votos de NaBai 2011 para alcanzar el segundo escaño arrebatando el tercero a UPN-PPN.
Por otra parte, se antoja difícil que todos los votantes de NaBai 2011 pudieran pasar a votar una coalición electoral que reúna a todos los nacionalistas, ya que parte del éxito de esta formación reside en haber sido capaz de captar voto de personas que, o bien no son nacionalistas vascas, o a pesar de serlo esta identidad es secundaria en su percepción de la política navarra. Dicho de otra manera, NaBai primero y NaBai 2011 después, han conseguido ensanchar el espacio electoral del nacionalismo vasco con un discurso más pragmático y menos ortodoxo desde el punto de vista nacionalista vasco. En este sentido, parece razonable pensar que esta parte del electorado difícilmente podría apoyar a una opción electoral centrada en la identidad nacionalista vasca, y no tanto por su contenido real, sino por la imagen simbólica de la coalición. La gran beneficiada en votos (en escaños sería UPN-PP, llevándose el último a repartir) de esta estrategia podría ser la coalición Izquierda-Ezkerra con un discurso de izquierdas y defensor de la identidad plural navarra que incluye gran parte de las reivindicaciones vasquistas. Es más, incluso si finalmente Zabaltzen y el PNV se presentan a las elecciones sin Aralar, tendrán que combatir la pérdida simbólica de la imagen de izquierdas para evitar algún traspaso de voto a Izquierda-Ezkerra. Pero no nos adelantemos, esta por ver como se configuran las listas electorales y, en el caso de NaBai 2011, habrá que ver si finalmente Aralar abandona la coalición y si eso ocurre, será muy importante ver como formalizan Zabaltzen y EAJ-PNV su propuesta electoral, programa, imagen y mensajes.